Hola María, nuestra María, como nosotras te llamábamos. Las del patio de vecinas donde en nuestro balcón nos hablábamos todo y realmente te conocíamos.

Con tus defectos y tus virtudes y ese carácter que solo los que te conocíamos y queríamos entendíamos, del cual siempre nos pedías perdón por si algo nos sentaba mal.

Gracias por ser como eras. Nos enseñaste que, aunque la vida te da muchos golpes, se sigue adelante y, en ese balcón que quedó en silencio un tiempo, ahora nos quedan  miles de recuerdos y experiencias bonitas contigo.

Con tus cancioncillas que tarareabas trabajando y tus puntazos de humor que a veces plasmábamos en fotos.Siempre estabas y seguirás estando en ese balcón que se creó con todo el cariño y corazón que tenías.

Un hasta luego María.